En la tierra de inmigrantes y criollos, en la ciudad de Paraná, el 12 de diciembre de 1915 nació Carlos Humberto Perette en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Estudió en el Colegio Nacional de Paraná, recibiéndose de bachiller y luego en la Universidad Nacional del Litoral, donde obtuvo el título de abogado.
Desde joven le interesó la acción política y que como estudiante secundario participó en el centro de estudiante y más tarde se afilió a la Unión Cívica Radical, llegando a presidir la Juventud Radical de Paraná, y luego, la Juventud Radical de la provincia de Entre Ríos.
A los veinticuatro años fue elegido concejal de Paraná (1939/1943) e inmediatamente después fue diputado provincial, cargo que no pudo asumir por el golpe de Estado militar de 1943. El 1946 fue nuevamente diputado provincial y reelecto en 1950. Dos años después es elegido diputado nacional, pero no puede completar todo el período debido al golpe militar de 1955.
Cuando entre 1956-1957 la Unión Cívica Radical se dividió en dos sectores, uno liderado por Arturo Frondizi, la Unión Cívica Radical Intransigente, y el otro liderado por Ricardo Balbín, la Unión Cívica Radical del Pueblo, Perette se adhirió a este último partido.
En 1963 fue elegido vicepresidente en la fórmula que encabezaba el doctor Arturo Illia, derrocado por el golpe de estado de 1966.
El presidente Raúl Alfonsín designó a Perette embajador argentino en la República Orientel del Uruguay en 1983, cargo que desempeñó hasta 1989.
Carlos Humberto Perette falleció en la Ciudad de Buenos Aires el 18 de junio de 1992.

El cooperativista y la educación cooperativa[1]
Es de destacar la profunda fe cooperativista que lo animó a lo largo de toda su vida y que tuvo a El Hogar Obrero como testigo privilegiado, pues siempre acompañó a la cooperativa tanto en sus logros en materia de edificación o consumo como en varias de las actividades culturales o educativas realizadas.
Como presidente del Senado de la Nación puso su firma en la Ley Nº 16583 que declara de interés nacional a la educación cooperativa, estableciendo su obligatoriedad.
No cabe duda alguna que si nos guiáramos por sus ideas y recogiéramos las banderas que Perette supo enarbolar con energía y decisión, contaríamos con el mejor instrumento para transformar positivamente al país, tanto en lo económico como en lo social y educativo.
[1] Transcribimos una nota de la revista electrónica de El Hogar Obrero de fecha 12 de diciembre de 2023.













